"El Canche" de El Clubo lanzaba esta pregunta retórica en Twitter la semana pasada: ¿El Rock guatemalteco
está en peligro de extinción? Su inquietud respondía a lo difícil que es entrar en radios nacionales y cómo si un tema tiene guitarras distorsionadas es casi imposible de programar. Mi respuesta inmediata fue: "¿Cuándo no ha estado amenazado el Rock Guatemalteco?"
Y lo sigo creyendo. Es un género musical que en esencia busca no ser complaciente ni amigable, generalmente incluye protesta, formas incómodas de cuestionar la política y la sociedad. Claro, no en todos los casos, pero el Rock es difícil de dominar. Ahora bien, este es materia de otra discusión, pues quiero hacer énfasis en la conversación que tuvimos con Andrea Taracena, periodista cultural de Diario Digital y varios que comentamos el tuit. Y creo que a los músicos nos quedan varias reflexiones:
LA CALIDAD Y LA RESPONSABILIDAD
Andrea contrastaba las ideas y era muy clara en sus afirmaciones. Parafraseando: "Hay mucha buena música y los periodistas estamos dispuestos a buscar todo ese material que está ahí. Pero cuando encontramos una banda o un proyecto, las canciones tienen poco volumen y poca calidad comparadas con las internacionales. ¿Cómo vamos a publicar algo que no tiene el nivel de profesionalismo para que la gente lo pueda apreciar?".
La otra reflexión es quizá el golpe acertado más duro: "Tienen que ser más profesionales. Quedamos a una entrevista y llegan tarde, o solo llegan dos integrantes. Tienen que ser más responsables si en verdad lo que quieren es que sea una verdadera profesión. Como en todas".
Me parece enriquecedor y sobre todo, creo que a muchos nos golpea y nos obliga a replantear nuestras actitudes musicales y a nuestras expectativas profesionales.
EL ARTISTA DISOLUTO
¿Estamos invirtiendo en calidad, estamos empujando para alcanzar un nivel apreciable para el público? ¿Estamos cumpliéndole a la prensa, estamos siendo responsables, puntuales, preparados?
La vida del artista no es fácil, pero siendo honestos, ninguna profesión lo es. Hasta cierto punto, el autonombrarnos artistas nos condiciona a que somos excéntricos que llegamos tarde, no llevamos una agenda, hacemos lo que nos place y no nos importan mucho
los estándares de conducta. Pues bien, va siendo hora de poner nuestra barba en remojo.
Como experiencia personal, y luego de más de un año de estar coordinando entrevistas, presentaciones y lanzamientos de una de las bandas más importantes de Guate, me he dado cuenta de que el artista debe ser presentable, de que los periodistas están siempre dispuestos a apoyar y a dar espacios. El reto es la parte que nos toca a los artistas: estamos buscando espacios, estamos entregando calidad, estamos siendo responsables.
Andrea, disculpa que me tome el atrevimiento de utilizar tus palabras. Creo que son un valioso aporte para quienes luchamos por una escena musical mejor y más preparada. Creo que es una reflexión válida para que podamos lograr más espacios. #MásMúsicaNacional