martes, 5 de enero de 2021

¿Rompan todo o romper poquito y por encima?

Bueno, mi primera publicación del año no planteaba ser una reflexión sobre la música nacional. Al menos no necesariamente. Sin embargo, han sido tantas las opiniones bien argumentadas, las críticas bien fundamentadas y tantas más las quejas sobre el famoso documental de Netflix "Rompan Todo", que he estado considerando emitir mi opinión sobre el mismo. Luego de mucho pensarlo, creo que hay varias reflexiones que aún no se han vertido. Y creo que son quizá más importantes que si no incluyeron a Caifanes, a Héroes o que hayan metido a Calle 13 o Mon Laferte aunque sea con chicle. Hay pensamientos más trascendentales. 

Nosotros mismos desconocemos la capacidad de convocatoria de nuestra música


Lo primero que quiero poner sobre la mesa es que no se trata de mi gusto, si a mí me parece que estén X, Y o Z en el documental porque a mí me gustan sus discos o un par de canciones. Creo que autodenominarse como "La Historia del Rock en Latino América" es su primer gran fallo. Con el suficiente contexto cultural, sabemos que somos repúblicas bananeras con un pasado común de dictaduras militares y el fantasma de la Guerra Fría que influyó y moldeó la cultura reciente que encontró en el Rock un movimiento, una válvula de escape y una manifestación de inconformidad. Y sí, este es el matiz común que nos cubre a la gran mayoría de sociedades en Latinoamérica, con sus contadas excepciones. Y sí, este género musical está vinculado a su trascendencia cultural, su impacto en la adolescencia y en lo valiente e irreverente de sus propuestas. 

Para que se aceptara, para que se volviera parte de "la cultura" tuvo que pasar décadas y confirmarse que era mucho más que una moda. Que sí, las grandes discográficas se colgaron del fenómeno desde la segunda década de los 80 hasta casi llegando al milenio, le sacaron toda la raja posible, lo exprimieron, lo volvieron "moda" y luego lo desecharon por lo que pudiera vender más discos. Sin embargo, el Rock no es ni fue solamente un par de décadas de éxitos comerciales sino una gran historia de variables, de expresiones, de oscuridad, incluso de intrascendencia. Pero aquí estamos, en 2021 hablando del Rock, porque no es una moda musical. No es un tipo de baile, no es una fórmula de acordes, no son expresiones individuales para encajar en una premisa. Ahí radica la trascendencia del Rock. Es mucho más. 

Sí, muchos ahora dicen "yo ya soy adulto y ya eso del Rock  pasó de moda", porque para ellos lo fue. Y es válido. Sin embargo, hablar de la "Historia del Rock latinoamericano" es hablar de resistencia, es hablar de protesta, de propuesta e incluso de la aceptación del movimiento de parte del Poder y de los patrocinadores. Ser capaces de ver las luces y sombras de este fenómeno es parte importante y entender también que no se trata de cuántas copias vendió un disco sino de qué canciones se han quedado en el imaginario de la gente, qué canciones llenan de orgullo a una región, o la unifican en una misma emoción. 

Generalmente, cuando platico con gente que quiere hablar de Rock, les pregunto qué canciones conoce la gente que dice que NO le gusta el Rock, qué canciones se oyen en los bares, en las calles, cuáles son aquellos éxitos que son parte ya de las fiestas de bodas, graduaciones y demás. Encontrarán gran variedad de propuestas, y son esas mismas las que han trascendido su pequeño cosmos de seguidores y han llegado a otros mercados. Ahí podemos medir la trascendencia de una propuesta y cómo la sociedad la toma como suya, aunque sea para culminar una celebración y prender las luces del salón. 

Muchas veces se nos nubla la vista y decimos "Tal artista es mejor porque a mí me gustan todos sus discos", cuando en realidad, algo como la trascendencia de un movimiento musical internacional debería tomar en cuenta tantas premisas que se volvería imposible segmentarlo adecuadamente, sobre todo en un documental. Ahora bien, si retomamos mi ejercicio y pequeño test nos queda claro cuáles canciones y qué artistas, nacionales e internacionales han dejado una marca en la cultura y se les debería nombrar, cuando hablás de historia y trascendencia musical. 

Si me preguntan a mí, sí, al menos deberíamos mencionar a unas 6 o 7 de bandas de Rock centroamericano en cualquier tipo de conversación que tengamos sobre Rock en Español. No porque a mí me gusten. Ni siquiera porque hayan sido importantes para mi círculo y mi generación, sino porque conocer su historia nos ayuda a conocer la historia de los países de donde surgieron. Si "El Norte" de Ricardo Andrade no define y redefine la historia de miles de personas del Istmo centroamericano, no sé qué lo defina mejor. Si "Peces e Iguanas" no hubiese sido éxito en Puerto Rico o si "Alto Al Fuego" no se hubiese interpretado en El Salvador y Guatemala para sus respectivas Firmas de la Paz luego de la guerra, no sé qué lo defina. 

Para concluir, y temiendo quedarme corto, más allá de querer que a puro tubo mencionen a "nuestras" bandas en documentales que lo que menos buscan es reconocer la trascendencia histórica honesta del Rock en español, creería que tenemos la gran misión o asignación de que sigamos haciendo trascendente a nuestra propia escena. ¿Pagás por discos? ¿Recomendás las canciones de tus bandas favoritas a amigos? ¿Conocés lo que están haciendo las bandas locales? ¿Reconocés que hay una escena enorme y activa aún en 2020 cuando no había ni escenarios abiertos para tocar? 

¿Estás consciente que en Guatemala se lleva a cabo el único festival de música local y nacional a donde acuden más de 30 mil personas, año con año, a cantar más de 8 horas de éxitos nacionales? Y antes de que digás que ese evento es gratis, pensá que hay gente que viaja cientos de kilómetros todos los años para vivir ese momento. ¿Faltan bandas en ese escenario? Claro que sí, soy el primero en reconocerlo, pero no necesito de un documental mexicano para reconocer la trascendencia de las canciones, de hace 40, 30, 20 o 10 años. 

Y ya. La escena y la importancia del Rock como movimiento siempre estará en nuestras manos, porque la música y el Rock específicamente, radican en su importancia cultural, en su consumo y apropiación. En la vigencia de las canciones, aun en círculos fuera de los que somos "roqueritos". 

¿Ustedes necesitan que les "rompan todo" en México o Argentina para reconocerlo? Los leo.