La perseverancia del Rock

Para nadie es secreto que el arte en Guatemala es más una labor de resistencia y de masoquismo. Sucede que la mayoría de proyectos rara vez trasciende, muchísimos no logran cuajar y se desintegran luego de algunos años de actividad. Algunos con más pena que gloria, otros con suerte de pegar en el momento adecuado y quedarse en la memoria de los fans aunque se desintegren. Entre todo eso, me quiero referir a dos bandas que han logrado sobrevivir al paso del tiempo: Viento en Contra y Viernes Verde, ambos proyectos muy ambiciosos que perduran y que han tenido que resistir, luchar contra la adversidad para trascender. Aquí mis reflexiones al respecto.

LA PERSEVERANCIA VERDE

Viernes Verde proviene del gran movimiento, del famoso "boom" de los 90. Escuchar esas primeras canciones como "La 6", "Estadío" y algunas otras más te dan una idea de ese embrión que surgió en 1993 y que recién acaba de pasar su cumpleaños número 23, seguro un récord de resistencia para la escena nacional. A diferencia de Bohemia, quienes tienen un ciclo de vida aproximado de 3 o 4 años antes de desbandarse, Viernes ha mantenido una carrera sostenida (y admirable) en el que vemos la evolución de una banda determinada.

Del sonido casi de garage de las grabaciones de los 90 hasta discos y videoclips producidos en el extranjero, pasando por el gran festival de La Garra Chapina (hoy apenas un recuerdo) hasta su intento en México, a los Viernes les ha sobrado valentía para afrontar los prejuicios de la gente. Muchos músicos se quedaron en el camino, hoy solo Omar proviene de ese ente original, pero han encontrado estabilidad y siguen siendo un referente. Independientemente si les gusta o no, si les gusta el Rock nacional o no, no hay lugar a dudas que Vv es un ejemplo de perseverancia y búsqueda por trascender. Mis respetos por ellos. Necesitamos más así en el movimiento.

CON EL VIENTO EN CONTRA

Si hubo una banda que ha recibido críticas desde su formación ha sido Viento en Contra. Recuerdo muy bien aquellos años entre el 98 y 99 cuando recién se habían dado a conocer en un concierto de Maná y teniendo éxitos radiales enormes con "Te Extraño", "No Vale Nada" y "Princesa de Seda". Recuerdo muy bien a los rockeros de aquel entonces señalarlos de fresas, de poperos, de finitos. ¿Saben qué? Siempre me causó gracia que el movimiento de Rock abogara por la libertad de expresión y acabar con los prejuicios, y al mismo tiempo criticar a otras bandas porque no eran tan "sucias" como las populares de la época.

Pues bien, si hay una banda que se maneja con la disciplina de una empresa, si hay un proyecto exitoso musical en el país, ese es VEC. Fueron la última gran banda del movimiento de los 90 (después vendría Malacates y la moda del Ska que llevó al Rock de regreso de grandes escenarios a bares durante el 2000), enfrentaron la muerte de unos de sus integrantes originales y con una valentía admirable continuaron su camino como un trío. Y hoy siguen estando ahí los integrantes originales. Personalmente, dejé de seguirlos durante esa década desencantado en general del movimiento de Rock en Guatemala, hasta reencontrarlos hace unos años, sorprendido de la madurez, del buen sonido y la energía en el escenario.

Ni qué decir de su sexto disco, un verdadero trabajo profesional y un verdadero ejemplo de calidad. Pero lo que más he admirado de esta banda es que pese a las críticas, pese a las fatalidades, pese a la enorme animadversión que han desarrollado entre los nostálgicos rockeros de los 90, siguen haciendo buena música. Toda su carrera han hecho el Rock que han querido, y han prosperado como empresa de manera admirable.

Insisto en repetir, pueden gustarles o no, pueden estar de acuerdo o no con el estilo de cada banda, pero superar la barrera de 20 años de carrera musical, exitosa y de manera madura, no cualquiera ni aún en el primer mundo.

Quiero creer que en unos 20 años habrá alguien más mencionando a las buenas bandas de hoy que trasciendan. Muchísimo talento hay en la nueva sangre y sin duda hay mucho por hacer para darlas a conocer. Eso sí, tenemos buenos ejemplos de que en Guatemala sí se puede.