miércoles, 28 de septiembre de 2016

Festival Gallo: lo mejor del año

A principios de agosto fuimos citados los representantes y tour mánagers de las agrupaciones que están firmadas con Gallo Music. Todos ya sabíamos las fechas y lugares para la presentación pero en esa reunión se nos mostró el nivel de ambición y exigencia que la marca había planificado: un escenario de categoría internacional, gigantesco, con dos escenarios simultáneos y una agenda de 9 presentaciones con apenas 10 minutos entre banda y banda para completar los cambios respectivos.

Cobán se convirtió en uno de mis públicos favoritos. ¡Excelente!


El año pasado el montaje había sido impecable, pero había tenido menos artistas y existía un margen de 15 minutos entre bandas. Por el nivel del montaje y la cantidad de audiencia, el nuevo lugar en donde se realizaría y todas las implicaciones que solo quien ha participado en producción se puede imaginar, era un verdadero reto el que teníamos por delante. Otro más: Alux Nahual cerraría las tres presentaciones. En realidad, era un reto enorme, pero lo asumimos dispuestos a dar lo mejor por la audiencia.

Debo decirles, ver a las 20 mil personas abarrotando la nueva localidad en Xela fue impresionante. De ese tipo de visiones que en Guatemala solo se ha visto (según yo) en dos ocasiones: Metallica y Héroes del Silencio. Y por mucho, considero que ese 14 de septiembre de 2016 se vivió el concierto del año. No importa qué artista venga de fuera, ese fue y ese se vivió con la mayor emoción y estrés posibles. Llovió muy fuerte pasadas las 5 pm, inundando el escenario y poniendo en riesgo el equipo de las bandas. Momentos de estrés, de decisiones, de resolver. Pese a ello, Pako Rodriguez arrancó con apenas 10 minutos de atraso.

Xela y un mar de 20 mil personas que disfrutaron de principio a fin


La gente reaccionó bien. Me llamó la atención lo bien que recibieron a todas las bandas, sin importar su género, el respeto que tuvieron por cada presentación y cómo reaccionaron al escuchar tan variados éxitos. Fue un público educado y que se la pasó muy bien. Atrás, en los camerinos se notaba los nervios de los artistas, la ansiedad de que todo saliera bien en un escenario tan grande y con tanta gente. Sobresaltos menores, detalles que no salieron 100 % bien, pero la gente disfrutó de un ambicioso proyecto. Y 20 mil personas escucharon grandes clásicos musicales así como nuevas propuestas de diferentes géneros musicales. ¡Fue un éxito!

En Guatemala, apenas tres días después, con un montaje más modesto, pero con una disciplina destacable. Fue una noche genial, con los nervios más aplomados, calibrados y la producción que fue excelente. Todas las presentaciones terminaron puntuales, toda la logística y el esfuerzo de quienes trabajan para los artistas fue genial. Un muy buen concierto que desmiente aquello de que los conciertos no son puntuales y que no se cuida la calidad del producto en el escenario. Fue de esas noches en donde todas las bandas suenan bien, se disfruta de un buen show y pese a la avalancha de trabajo tras bastidores, fue un verdadero éxito.


Ciudad de Guatemala cantó hasta la 1 am


Cobán fue una reprisse. Exactamente igual que en Guatemala. Todo en orden, puntual, ameno y el público absolutamente genial. No había tenido la oportunidad de estar en un concierto en las verapaces, y regreso feliz. Qué buena vibra y qué exitoso fue ese concierto. No puedo pedir más que un: ¡Qué se repita!

Esperamos que el próximo año Gallo decida volver a retarnos y a llevar la logística y la producción al máximo. De verdad fue un verdadero reto y hoy puedo decir que afirmar con toda categoría que en Guatemala sí se pueden montar shows de la mayor calidad, responsabilidad y disciplina. Hoy reconozco a todos los que estuvimos corriendo fuera de las luces del escenario, ese ejército de personas que hicieron posible que los artistas se lucieran. Para ellos, del primero al último... ¡Mis respetos!

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