lunes, 9 de septiembre de 2013

Celebrar nuestra independencia

Septiembre llegó. Un mes típico, banderitas adornan los autos, vendedores en cada esquina con artículos nacionalistas con los colores del azul cielo y blanco que definen nuestra nacionalidad. Las prácticas de marcha hacen eco en los barrios prepárandose para el desfile tradicional y voluntario. Las antorchas y nuestros nacionalistas que comienzan a llegar de todos los puntos del país portando la luz de la libertad. Llegó el mes de la patria, como lo llaman algunos. Y entre tantas actividades que se hacen por inercia e imitación, surgen las preguntas de siempre: ¿Cómo celebramos esta realidad? ¿Qué hay que celebrar de nuestra independencia? ¿Independientes de qué? 

Interrogantes todas muy válidas pero no pretendo responder de manera sociológica ni histórica a esas preguntas. Lo que deseo es celebrar la independencia de nuesta música. Celebrar a esos músicos y artistas en general que sin el respaldo de una gran industria (ni de un gran público) hacen lo que desean, la propuesta madura, original y creativa que hace tan especiales nuestros varios movimientos independientes. Es mi manera de entender y fundar nuestra patria.

Hay mucho que celebrar en nuestra independencia musical

NOS AUTODEFINIMOS

Puede que al final haya una similitud muy marcada con los sucesos que derivaron en nuestra separación de España y posterior separación de México, con nuestra autodeterminación musical. Aquí, pareciera, no aplica a la adaptación de modelos económicos y sociales extranjeros. Mal que bien, hemos hecho nuestra historia a nuestro modo y eso es evidente. Somos una sociedad que no encaja en el patrón tradicional de Latinoamérica. Y es igual nuestro movimiento musical, que es el que conozco y del que puedo hablar. Así como Alux Nahual reinó con su música inusual, progresiva, sinfónica y marcadamente nacionalista en los ochenta, así como Bohemía Suburbana y el movimiento de rock noventero, se movió también por fuerza propia y llegó a la audiencia adecuada. Aunque hayan habido algunas discográficas pequeñas y erráticas y una que otra grande que no alcanzó a sobrevivir en nuestro medio, la música no paró ni las propuestas, ni los ensayos ni la bulla de nuestros músicos en cada vecindario. 

Disqueras van y vienen, radios van y vienen, bares y centros culturales se abren y cierran por doquier, pero el movimiento de rock sigue ahí. Hoy con muchas más propuestas diferentes que antes, y aunque también se impongan modas importadas o surjan bandas que no son más que una imitación de lo que viene de fuera, las bandas y las propuestas originales están ahí para el auditorio que se moleste en buscar. Ahí radica nuestra independencia, nuestra movilidad. No dependemos de la tonadita de moda, ni de lo que requiere "la industria". La mayoría de grandes eventos no dejan de ser también esfuerzos independientes, creados por los mismos artistas, y promovidos al menos por algunos buenos empresarios que entienden la importancia de estas actividades. En otras palabras, es el músculo y el cerebro del artista el que logra que en Guate hayan tantos eventos artísticos. Ahí nos definimos, de ahí deviene nuestra independencia.

El público sí está dispuesto a apoyar el movimiento independiente

EJEMPLOS Y MOTIVACIONES

Guatemala es un gran país, no como retórica sino como realidad. Quien no se ha tomado el tiempo de irse a sentar y platicar con las personas a la sombra de una ceiba en el parque de un pequeño pueblo se ha perdido la esencia misma de nuestra gente. A mí me fascinan las historias que me cuentan, conocer y descubrir la percepción de la gente sobre nuestras costumbres, tradiciones y lo que viene de fuera. Eso me inspira y me motiva a componer canciones. De esa forma le doy voz, hasta cierto punto, a los pensamientos y emociones de nuestra gente. No soy el único y vemos que las bandas de rock más exitosas de Guatemala han hecho eso desde hace décadas. Toman algo que pertenece a la gente y se lo devuelven con una voz y una intención particular. Por eso nos pertenece y eso vale lágrimas, gritos y saltos.

Razones de Cambio, Bohemia, Viernes, Alux, La Tona, Radio Viejo, grandes consagrados que supieron recibir todas esas anécdotas y ese sentir y volverlo canción. Y también se han esforzado por promover conceptos diferentes, conciertos o festivales originales, en fin, esfuerzos que se abren paso solos y no simples estrategias de mercadeo provenientes de oficinas de economistas, como ocurre en países como México y Estados Unidos.

Pero además, no nos quedamos en la nostalgia de esas bandas del pasado y el presente. A nuestro alrededor se mueve una fuerza musical también original y novedosa. La lista es larga, pero bien podría mencionar a Xbalanké, Hot Sugar Mama, la mismísima Gaby Moreno, Woodser, Jonathan Carrión, Cóctel, Kalafia, These City Lights, Meits, Daniela Carpio y muchísimas propuestas más que he tenido el gusto de conocer, escuchar o descubrir con la magia del internet.

Ejemplos de determinación hay muchos (These City Lights)

CIVISMO, NACIONALISMO Y LUCHA

Considero que el 15 de septiembre celebramos una independencia real. Nada nos impide hacer lo que querramos de nuestra patria. Está en nuestras manos, como pensamiento individualista y soñador, así como al apoyar cada propuesta, pagar nuestras entradas, comprar la música original, cumplir con nuestra parte. Como músico, no puedo dejar de admirar y celebrar que los músicos luchen por cada espacio, porque no dejen morir propuestas, por perseverar en una realidad adversa.

Por esos músicos que sí practican civismo. Por esos que no dejan de luchar, que no se limitan a componer y vivir la vida disoluta del artista sino que promueven el arte de corazón. Porque lo nuestro es bueno, tan bueno como lo que viene fuera. Porque muchos se quedan aquí y no cambian el acento ni la pronunciación (como esos que emigran a otros países). Ese es el ejemplo que debemos seguir.

Celebremos... celebremos con música nuestra. Eso es independencia y aunque el panorama no pinte tan bien en muchos aspectos, tenemos derecho a luchar por nuestras oportunidades. Un abrazo a todas esas personas que apoyan y viven la verdadera afición y otro más a los artistas, a las radios INDEPENDIENTES, a las productoras INDEPENDIENTES que perseveran y nos echan la mano. ¡Arriba Guatemala! ¡Arriba su gente!

2 comentarios:

  1. bueeeenisimo post... es tiempo de q los chapines.. dignifiquemos nuestro propio medio.. nuestra propia musica... yeeahh..

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    1. Así es Werner. Creo que es admirable el esfuerzo que hacen los artistas y los pequeños promotores. Como vos decís, dignificar nuestra propia música, con nuestros propios medios. Sabemos que se puede. Muchas gracias por comentar. lml

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