lunes, 1 de octubre de 2018

Un festival que busca la perfección

El pasado 1 de septiembre de 2018 se realizó el quinto Festival de Independencia Gallo en Ciudad de Guatemala. Este es, por mucho, el mayor evento de música nacional que se realiza año con año en la capital y uno de los pocos a donde acude el público masivo con entrada pagada a disfrutar de las bandas más representativas de música guatemalteca. Cada año es diferente, más ambicioso y mejor organizado, por lo que deseo destacar hoy la evolución y el esfuerzo tras bambalinas para que el público se vaya cada vez más satisfecho.

¿Que si se la pasaron bien? Mucho más que bien, diría yo


LA BUENA COORDINACIÓN NO SE NOTA

Cuando se trata de eventos musicales o artísticos, cuando están bien organizados no se nota. De hecho, solo reparás en la parte de coordinación o logística cuando esta falla. La gente se puede quejar de la seguridad, los retrasos en el escenario, las molestias por la localidad y un sinfín de etcéteras que si todo ocurre con calma, nadie se fija en ellos. Así es y por ello es necesario hablar de esto. Se cambió de lugar desde 2017, de Tikal Futura para el Parque de la Industria. Las razones fueron de pura logística, dar una sensación mayor de festival y tener dos escenarios para que la experiencia fuera más dinámica. Para 2018, se repitió esta configuración, pero esta vez dentro del mismo recinto, facilitando el traslado de la gente de uno a otro, notificando con antelación qué artistas se presentarían en cada tarima, de manera que la gente pudiera escoger su lugar de manera previa y no perderse de su artista favorito.

La coordinación en general para este año 2018 fue la mejor y se sigue mejorando en muchos detalles, de manera que el público en general se la pasa mejor. Al final, este tipo de shows son justamente para que la gente pueda apreciar de múltiples propuestas de manera cómoda, amena y ordenada. Y se logró con creces.

No solo del lado del artista, que puedo hablar con propiedad de la puntualidad, la buena ejecución y la profesionalidad de todos los involucrados llevaron a buen término el evento. Sé que los asistentes pueden dar fe de ello, porque la sensación en general fue que el festival mejoró en todos los aspectos y la gente se retiró satisfecha con varios shows de calidad y afónicos de tanto cantar.

¿QUIÉN FALTÓ? ¿BANDAS O PÚBLICO?

Lo cuál nos lleva invariablemente a preguntarnos si lo que procede es ampliar la cantidad de grupos o cómo incentivar a más personas a que acudan al evento. Tengo que recalcarlo, como lo hago continuamente: ¿Cuántas veces tenés la oportunidad de ver a los mayores exponentes vigentes de música nacional con equipo de primera dar shows de primera calidad retándose unos a otros a mejorar su show año con año? Y sí, algunos "fans" insisten en que siempre son las mismas bandas aunque también se ha ampliado el cartel para que bandas como Influenza, Golpes, Razones de Cambio y Kontra participen. En general considero que la implementación de dos escenario y ampliar hasta 14 artistas es válido, arriesgado pero satisfactorio. Este año no fue la excepción.

Ahora bien, más de 4,500 personas asistieron y es una buena cantidad. Sin embargo me pongo a pensar por qué le cuesta tanto al guatemalteco acudir a este tipo de espectáculos. Sí, no tenemos cultura de festival, alegamos hasta por los codos cuando hay que "aguantar" a bandas que no nos gustan y luego nos quejamos que el precio es muy elevado. Genuinamente, ver 14 actos de calidad valen el triple de los que cuestan las entradas y si fuéramos a pasarla bien y a darle valor a cada artista la pasaríamos genial. Insisto, a estos festivales debería llegar el doble de gente, está más que probado que a gran cantidad le gustan al menos 6 o 7 agrupaciones que se presentan, por lo que el incentivo o el reto que queda es cómo demostrarle a la gente que su dinero le retribuirá con creces el tipo de espectáculo que va a ver y disfrutar.



Lo confieso, primero como fan y después como partícipe dentro de la producción de un grupo: estos festivales es donde mejor he oído a la mayoría de bandas. Ni aun en sus propios conciertos suenan tan bien y dan un espectáculo tan ameno para la gente.

Por lo que, reflexiones al aire, quisiera agradecer de verdad a Gallo Music, a RN Sound, a todos en Lucas Black y a cada uno de los que trabajan en la producción de cada artista por todo el esfuerzo de ese festival. Este año ni se notó, debido a lo bien que todo fluyó. Sé que nos queda como reto persuadir a ese fan difícil que todavía se porta exigente, sin saber que sus expectativas serán superadas con creces ante la calidad musical, artística y profesional de todos los involucrados.

Sigamos así, más festivales para esta ciudad necesitada de arte.

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